A todos aquellos que os incorporáis al mundo laboral, finalizados vuestros estudios, y ansiosos para incorporaros a la empresa, comparto esta reflexión.
También a los sufridos colaboradores que ya llevamos tiempo en el mundo de la empresa.
Toda organización desarrolla a las personas; o las forma o las deforma, esto no tiene alternativa.
¿Pero desde la empresa sabemos desarrollar a las personas? Tenemos ya muy claro todo lo que no hay que hacer, estamos acostumbrados a no quebrantar normas, cumplir la ley laboral, prevención de riesgos, etc. Pero OLVIDAMOS lo que SI o SI hay que hacer.
He aquí un pequeño check list.
No partimos de las debilidades de los demás. Nos empeñamos en considerar solo el lado positivo de nuestros colaboradores, y queremos solo que sean los mejores. Pero la realidad es que somos tal como somos, y no somos como quisiéramos ser. Debemos trabajar con la realidad de las personas.
Nos olvidamos de desarrollar a las personas, preocuparnos de que nuestros colaboradores adquieran y se entrenen en habilidades y competencias específicas claves y alineadas con la estrategia de la empresa.
Olvidamos que este desarrollo ha de estar vinculado a la carrera profesional y a la vida y entroncado con metas y objetivos a largo plazo. No vendamos promesas, y SI analicemos, compartamos y ayudemos a mejorar los rendimientos, de manera continuada. La referencia son los hechos, no los potenciales logros, no elevemos los objetivos y los convirtamos en imposibles.
No situamos bien en la estructura organizativa adecuada los puntos fuertes de las personas. Sistemática, metodología de trabajo, perseverancia, exigencias estrictas son algunas de las recetas del éxito.
Olvidamos nuestros compromisos, perdemos tiempo escribiendo contratos y medidas de control, firmando autorizaciones. La economía del éxito y del negocio satisfactorio, no necesita contratos firmados, SI compromisos interiorizados, deseos de alcanzar nuestros logros con pasión.
Finalmente, olvidamos celebrar nuestros éxitos, ah!!!, y preguntar a nuestros colaboradores: ¿Cómo te van las cosas, estás bien? Es sencillo, fácil de preguntar, eso si que la pregunta sea sincera y con ganas de ayudar a la persona.
Os animos a completar esta reflexión.