Transmito literalmente la experiencia de un candidato durante este mes de Febrero, nos cuenta así su reflexión:
“Buscar trabajo es un trabajo en si. He estado realizando entrevistas durante 3 semanas, casi cada día. Primero la búsqueda, encontrar ofertas que encajen con lo que buscas, modificar y personalizar la carta de presentación, esperar a recibir noticias, ver los descartes y finalmente, prepararse la entrevista. Historia de la empresa, revenue, valores… En esta ocasión, decidí analizar bien cómo funcionaba el tema, cómo se comportaban los entrevistadores, aprender de ello y finalmente compartir la experiencia.
Llega el día de “tu examen”. Normalmente, el primer paso suele ser con Recursos Humanos. Mismas preguntas de siempre. ¿Qué sabes de la empresa? ¿Cuáles son tus puntos fuertes y débiles? Por qué te gustaría incorporarte?…En este punto ya me cuestiono cómo de eficiente es esta etapa. Todas mis respuestas estaban estudiadas y personalizadas. Incuso en algunas ocasiones no era yo misma. Sin embargo, no vale la pena mentir. Al final, es un contrato por los dos lados. Si me aceptan, que sea por como soy. Tengo que encajar.
Hice una entrevista para una empresa multinacional, fuera de Barcelona. De 11 de la mañana a 3. Sin pausas, sin comer. Primero con RRHH, después con la jefa, y después un examen de Excel y análisis de una hora y media. Todo muy formal y siguiendo todos los patrones de siempre.
En mi opinión, esta larga entrevista no les sirvió para ver si yo era la persona correcta. En primer lugar, no creo que juzgarme por un examen de Excel, después de dos entrevistas, cansada y bajo presión refleje si estoy capacitada para el puesto o no. Considero que los tecnicismos se aprenden y que hay que enfocarse más en la persona, en sus competencias personales y en la capacidad de aprender a desarrollar el puesto ofrecido. Y sobre todo, darse cuenta si la persona conectará con el equipo y con el jefe.
No creo que ningún trabajo sea tan difícil que no se pueda aprender con un buen training y preparación. Por este motivo, opino que las entrevistas deben dejar de lado tanta parte formal, tanto examen y centrarse más en la persona, en su personalidad y en sus capacidades de desarrollo y adaptación.
Salí de la oficina pensando que no quería formar parte de ese equipo. No se han preocupado ni por ofrecerme un vaso de agua. No se han interesado en mi. Simplemente han seguido las pautas definidas en los manuales de entrevistas (ya caducados, desde mi punto de vista) ¿Qué sabían de mi? Persona trabajadora, exigente y responsable, con una buena educación y con perfil multinacional. Hay miles de personas así, y lo peor de todo, no me quiero definir así. Voy a crear mi propia marca, con honestidad y seguridad.
En este punto, cambió mi punto de vista y mi actitud. Resultado: Tengo trabajo.
1. Incrementé mis expectativas salariales. ¿Por qué me tengo que infravalorar? Esto es lo que yo valgo, esté como esté la situación del país.
2. Mis puntos fuertes y débiles eran reales y más personales. Discuto mucho con mi padre. Me gusta llevar la contraria y decir lo que pienso si no lo comparto. Este es mi punto débil de verdad, porque es lo que no me gusta de mí y lo que tengo que mejorar. Si la persona de RRHH tiene ojo, podrá traducirlo en que soy una persona con un carácter fuerte y con decisión.
3. Seguridad y Honestidad. Sé lo que me gusta, sé cuáles son mis cualidades. Si no me aceptan es porque realmente no estoy hecha para esto. ¿Para qué entrar en un trabajo que no encaja conmigo o que me queda grande (o pequeño)?
4. “El entrevistador es un conocido con el que tomo una cerveza”. Esto estaba en mi cabeza. Casi como si fuera una cita. De esta forma, estaba más relajada. Ahora sí que podían conocer bien cómo era yo y si podría realizar un buen trabajo. Y por mi parte, me preguntaba: ¿Iría a tomar otra cerveza con esta persona? Si la respuesta era negativa, mi interés en formar parte de este equipo pasaba a ser casi nulo. Creo que el feeling con el futuro jefe o compañero de trabajo es un elemento básico para aceptar un trabajo o no.
5. Crea tu propia marca. Una marca tiene futuro cuándo tiene los valores y personalidad muy bien definidos. Cuando se diferencia de los demás y sobre todo cuando no se contradice y se comporta tal y como es.
Como conclusión destacaría dos puntos.
Para los entrevistadores: Dejar de lado las entrevistas largas, pesadas y técnicas. Centrarse en la persona real, en sus competencias, sus aficiones, su personalidad y sobre todo, en ver si la persona conectará con el resto de equipo y con el manager. Por muy bien que haga el examen de Excel y conteste a las preguntas de Excel, si no hay buena conexión interpersonal, al cabo de un año, estaremos en las mismas. Buscando a otra persona.
Para los que buscan trabajo: Conócete a ti mismo, defínete y demuéstralo. Ten claro qué es lo que quieres, en qué eres bueno y por qué. Qué es lo que realmente te gusta y crees que puedes destacar. Sólo así podrás definir una personalidad única y fuerte que te hará diferenciar de los demás. Y lo más importante, si te aceptan será porque realmente encajas. De lo contrario, al cabo de un año, estar defendiendo de nuevo tus puntos fuertes y débiles para una nueva entrevista…»
Por cierto, la fotografía corresponde a la estación del tren de Altorricón, Tamarite de la Litera, donde de joven pasé muchas horas, sin saber qué me iba a deparar el futuro.
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