Hay una buena frase que resume nuestra actitud ante el cambio: Hemos de cambiar, antes que el cambio, cambie de nuevo. De alguna manera, sintetizaría esta unidad, diciendo que el modo más efectivo de administrar el cambio es creándolo. Uno no puede administrar el cambio. Solo puede adelantársele. No quisiera ser contundente, pero pienso que, a menos que consideremos que la tarea de gestionar empresas es liderar el cambio, la organización no sobrevivirá. Buscamos el cambio, reaccionamos ante los cambios, y añadiría, algo fundamental, lo explotamos como oportunidad.
No quisiera crear polémica, pero creo, que solo hay un presupuesto para el futuro, no acepto que debemos cambiar nuestro presupuesto en función de las circunstancias advenidas, el presupuesto permanece inamovible en los buenos y malos momentos. El presupuesto se ajusta al ciclo de los negocios, en los buenos tiempos los gastos se aumentan de forma general, y en los malos tiempos se reducen también de manera general.
En mi experiencia personal, durante diez años en una multinacional americana, nos valoraban y pagaban los incentivos por objetivos, bajo el concepto de “Flexed Profit Plan “, de tal manera que debía, el Controller ajustar la cuenta de explotación de la empresa a la variación de las ventas. Considerando el concepto de contribución variable de una manera exigente, donde los costes fijos inamovibles se reducían a la mínima expresión. No servía cumplir con el resultado de explotación del presupuesto en números absolutos, tanto si las ventas habían aumentado, como, si las ventas disminuían, se nos juzgaba por el nuevo resultado. Pero disminuyendo o aumentando, según sentido de ventas, proporcionalmente costes fijos y variables. Entiendo, que es una manera de asegurar la salud financiera de la empresa.
Haciendo referencia al contexto, ciertamente debemos asumir a título personal, con lo que esto conlleva, que no solo nuestro éxito depende de nuestra profesionalidad, sino del contexto que vayamos a encontrar. ¿Quién no ha llevado una gestión correcta pero no le ha acompañado el contexto? ¿Es por ello un mal gestor? No sé la respuesta, pero sí sé, que lo que se nos pide, es que alcancemos con éxito de nuestros objetivos.
Liderazgo aparece como la clave en la búsqueda de la implantación de una estrategia de éxito, un espíritu gerencial que confirma, en las prácticas cotidianas de la organización, principios estrictos de conducta y responsabilidad, altos estándares de rendimiento y respeto por el individuo y el trabajo, constituye, a mi modo de ver, las bases del buen liderazgo. El líder que se centra en sí mismo es muy probable que no conduzca a la organización hacia el éxito. Los tres líderes más carismáticos del siglo XX, Hitler, Stalin y Mao, infringieron esta norma.
Importante clarificar muy bien las consideraciones sobre los aspectos a tener en cuenta en el cambio, os enviaré una ficha, sistematizarlas de manera muy clara, entender aquellas situaciones, que nos hemos, ya encontrado, y a atacar con entusiasmo nuevos proyectos de cambio.